domingo, 27 de febrero de 2011

ESPACIO DEL POETA INVITADO MARZO/ABRIL 2011




POEMAS

DE EDUARDO CHÁVES






ADÁN



El mundo era un espejo
donde el asombro ardía con la forma del caos.
La violenta costumbre de las cosas
se regía en la ley de colmar el silencio
y a falta de dulzura
la vida enmascarada desbordaba sus dones
con la simple llaneza de la espiga
la flecha enardecida del relámpago
y el beso imperceptible del rocío.
Nada auguraba mi nombre entre la niebla
la huella de mi paso taciturno
el secreto susurro de mi voz en desvelo
y un orden de cadenas
para el aire y el fuego.
Recuerdo todavía mi soberbia y mi anhelo.
Nunca tuve virtudes que me hicieran hermano
de la lluvia, del árbol, del gusano, del mar,
hambriento de mí mismo devoré los crepúsculos
y anduve sin fronteras en busca de la sed.
He dejado una herencia de preguntas y ruegos
lejanas cicatrices
mi caricia perversa
una luz sin perdón.
Fui nada más que un soplo, una intención de cielo,
y la cúpula antigua de mi estirpe
lleva la cruz clavada de haber imaginado a Dios.




DESPUÉS DEL FUEGO



Quisiera que te olvides de mi nombre
que soy de raza blanca
y de una condición ligera como el viento.
Quisiera que no sepas que hablo una extraña lengua
que amé una antigua religión que ahora no profeso
y que anduve descalzo por la vida
para aprender el idioma cotidiano de las piedras.
No pienses que nací hace miles de años
y tengo un rostro donde nada es cierto
porque fui cazador de misterios sutiles
y por lo tanto soy inconcebible
para un mundo que se extingue sin asombro
mientras respira el humo de su propio incendio.
Sólo si olvidaspuedo enseñarte el modo de hallar mi encrucijada

el lugar donde yace lo que tuve para mí como inmortal
las palabras perdidas que dije sin malicia
el perdón
la piedad
el vicio de soñar
y el amor que de noche ardía entre canciones
para saber morir por nadie y para siempre.
Tal vez aún estoy detrás de tanta lucha
centinela constante de una vigilia inmensa
hay que escarbar por los escombros
y ver si todavía
mi mano deshojada se aferra a la agonía.



EL CRISTO



No me queda consuelo en los bolsillos
ni una pizca de luz
envuelta en el pañuelo.
Siento que voy vacío por las calles
con los ojos atentos a los tristes semáforos
el paso aligerado en la terrible multitud
siguiendo la marea de cuerpos y silencios.
Si alguien llora a mi lado
lo miro desde el pozo que soy
desconsolado
y si alguien sonríe
me aparto de su gesto
con el traje de sombras intacto y ajustado.
Hay una larga desmemoria
una lenta y precisa pesadumbre
que me roba la vida con dulzura
estoy de gris, con guantes acerados,
seguro de no ser
amurallado.
Los relojes del día se inclinan con las horas
y una nostalgia sin sosiego
me calza en los zapatos.
Intento recordar
como era ser ardiente valiente cultivado
me busco hasta el cansancio
y repito mi nombre como un bálsamo.
Tengo un vago latido de corazón en vuelo
de caracol sin armadura de árbol frutado
una luz que me viene de golpe
me toma la mirada
me recorre los párpados
breve latir de arena corto rumor de pájaros.

Quiero que vengas ya

a desvestirme sin piedad de mi artificio
a ponerme una bomba debajo de la almohada
a barrer con escoba de aluminio
este dormir mortal.
Camino con la cruz
¿no me ves?
arráncame los clavos.



EDUARDO CHAVES


escritor y dramaturgo. Nacido en Córdoba, Argentina. Tiene varias publicaciones en narrativa, "Premio Nacional Luis de Tejeda" en 1990, "Desde lejos y otros cuentos" en 1993, "En la base del muro hay una grieta" en 1997, "Última lluvia" en 2001, "Teatro para niños" en 2006, "La noche en el cuerpo" en 2009, "Cuéntame mucho I y II" en colaboración con Alejandra Oliver, en 2008 y 2010. Es autor de varias obras de teatro para adultos y para niños representadas en la ciudad de Córdoba. Miembro de la Red Lationamericana de Cuentería, ha representado al país en Festivales Internacionales de Uruguay, Chile, Paraguay y México.







miércoles, 2 de febrero de 2011

ESPACIO DE LOS POETAS INVITADOS FEBRERO/MARZO





POEMA DE
IGNACIO GIANCASPRO






TRADUCCIÓN AL ITALIANO
DE ELISA DEJISTANI


Scende un uccello nel silenzio
dietro la finestra
qualcosa scende nella angoscia
e cambia di luogo la
Speranza
Qualcuno muove un alfiere
qualcuno muore

Rimane un violino nelle ombre
e una tregenda nel vento

e un bisbiglio di bolle
come mondi
che si toccano
e
nella superficie di contatto

Sono

Solo un attimo




Cae un pájaro en el silencio
tras la ventana
Algo cae en la pena
y cambia de sitio a la
Esperanza
Alguien mueve un alfil
alguien muere

Queda un violín en las sombras
y un aquelarre en el viento

Y un murmullo de burbujas
como mundos
que se tocan
y en la superficie de contacto

Soy

Solo un instante