POEMAS DE LUIS RAÚL CALVO
La Grotesca
La grotesca sufre en las piedras de cianuro.
Arrojadas al fuego, abatidas por la furia
de cerebros desahuciados
son el polvo de la bruma.
La mansedumbre abraza los cabellos del ángel
besa sus alas de ciruela y se recuesta
en las costillas del demonio.
De tanto en tanto nos vemos como somos
desplazando el filo del cuchillo
en la crueldad de la madrastra.
(De "La anunciación de la partera")
Cuatro Razones Para Explicar un Final
No hay cuatro razones que sirvan para
explicar un final.
Las cifras matemáticas sólo le atañen a los científicos
de cabeza rapada hasta los sesos, a los estadistas
preocupados por el destino de un país, a los maestros
amotinados por años en un claustro, intentando explicar
lo inexplicable.
No. El final que nos ocupa presupone otras cosas
la palidez de un rostro aprisionado en las paredes
sacerdotales, la maliciosa perspicacia del marasmo
en un comienzo que fue indefinido, el doloroso paso
a esa extraña aventura que es el amor.
Ella, de niña, escribió cuentos para que su madre
imaginara que las hadas del paraíso no habrían
de pervertirse con el tiempo, pero esto fue en vano
como era previsible, la ingenuidad esconde oscuras
intenciones, mercados de liebres atosigadas por los
hoscos marinos del trópico, injurias premeditadas
por los tramposos duendes de la primer inocencia.
No hay cuatro razones que sirvan para explicar un final
pero esta delgada y maldita ausencia pesa más
mucho más , que este duro oficio de vivir.
(De "Calles asiáticas")
Poema XXIII
Breve fue ese tiempo de tiernas voces
como las aguas cristalinas
reposan en secreto.
Cada tanto, ellas reaparecen
en las madrugadas de vigilia
para alejar a las sórdidas criaturas
que nos instigan.
A veces, también acude en auxilio
el mago de la infancia, con su vieja sentencia:
“Nada por aquí, nada por allá”.
(De "Bajos fondos del alma")
1 comentario:
Un lujo estos poemas, de mirada original y profunda, con un denominador común, la recurrencia a la mirada de la infancia, ese breve resplandor que sin embargo, es la única luz que lucha contra el "marasmo". Muy logrado, Luis. Elisa, muy buena tu selección.Con cariño de Irene Marks
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