POEMAS DE LUIS RAÚL CALVO
Poema XIV
Hay diferentes momentos
La casa donde reposan los recuerdos
En el límite de todo, tú adorada mía
ahora que la sal del hierro no corroe
los ligamentos del esperma, vienes a mí
blanca etérea, elevando tus ojos rojizos
por las gargantas del océano.
Condenado amor, la estrechez del mundo
se interna en los mares ultrajados
allí donde la luz del ciego y las camas
de alquitrán ya no alcanzan para contener
la esclavitud de los siervos.
Bella amante de fin de siglo, tu mirada
me precipita al abismo y así permanezco
acosado por la esclerosis de los cuervos
que soplan en mi nuca una sentencia
de antiguas verdades.
El hechicero que besó la horca por última vez
aplaudiendo a su verdugo, las calaveras de trapo
galopando en los caballos de la muerte
y ese terror acumulado en la falsa renguera
del enano mestizo.
Esta visión endemoniada de las cosas
es la furia reflejada en tus caderas de agua
Hoy, que los muros han caído y las alcobas
muestran su miseria de lana
estamos juntos en la región deshabitada del fuego.
(De Calles asiáticas)
(De Calles asiáticas)
Poema XIV
Hay diferentes momentos
para poder arribar
al conocimiento de la vida.
Por aquellos días
la luz era luz
la oscuridad, oscuridad
el padre y la madre
seres sin tiempo ni memoria.
Debieron suceder cosas
crecer haciendo la vista gorda
a los diarios pesares
-acaso una de las formas
más penosas del olvido-
comprender que ni la luz
ni la oscuridad, ni los padres
se asemejan a esas primitivas
sensaciones.
Lo recuerdo hoy, cuando la bruma
se torna inapelable a los sentidos.
Hoy, que la luz es sólo oscuridad.
Poema XXII
Poema XXII
La casa donde reposan los recuerdos
no reconoce dueños ni pertenencias
del pasado.
En su entraña se cobijaron
En su entraña se cobijaron
historias vividas y no vividas.
Allí nacieron cuentos de hadas
voces parciales de un drama
creado a imagen y semejanza
de un héroe de fantasía.
Alguien debería narrarnos hoy
Alguien debería narrarnos hoy
otros espejismos, para saber
que conjeturaban el lobo
el villano, la bruja de alcoba
sobre esos mezquinos relatos.
La casa donde reposan los recuerdos
La casa donde reposan los recuerdos
es una deuda pendiente,
un sueño inconcluso.
(De Bajos fondos del alma)
6 comentarios:
Felicitaciones querido Luis por tu interesante y bella poesía. Una alegría y un placer hospedarte en este espacio del Poeta Invitado.
un gran cariño!
Un placer leerte. Tu palabra se instala en el alma de todos los que escribimos.
Abrazo tu palabra y agradezco a la vida conocerla.
Un cariño
David Antonio Sorbille dijo...
Excelentes poemas Luis. Tu obra poética es una de las mejores de los últimos tiempos. Un gran saludo.
Transcribo textuales palabras de la poeta Irene Marks:
Querida Elisa: Te envío este comentario porque me lo rechazó dos veces el blog, por silo querés poner allí:
Luis, en tu poesía hay imágenes de alto vuelo que nos sumergen en lo onírico, crean climas y dan lugar a la liberación de la palabra.El primer poema sobre todo tiene fuerza y sutileza, la pasión es magia, la llave para un mundo donde navega lo sutil . En los otros los climas son por momentos agobiantes o tiernos, pintados por la nostalgia. Muy logrado. Un beso grande para los dos de Irene Marks
Por inconvenientes propios de google, inserto el comentario de la poeta Zulma Zubillaga, sus textuales palabras referidas a los poemas de Luis Raúl Calvo:
Maravillosos sus poemas, estimado
Luis. El primero desoborda una con-
tenida exuberancia, una belleza que
aprisiona bellamente la pala-
br; la contiene para ofrecerla co-
mo un manjar substancioso y esen-
cial: gracias por compartir tanta belleza.
Zulma Zubillaga
COMENTARIO POETA CALVO EN TU BLOG
Hola Elisa, tampoco puedo ingresar el comentario. Me parece que es porque no aparece la opción :ANONIMO. Mi mensaje para Luis es:
Luis, hermosísimos poemas. El primero de alto vuelo lírico, con imágenes que desbordan y nos trasportan a un mundo casi oscuro y mágico , a la vez. En los otros,la nostalgia prevalece en momentos, que algunos hemos transitado también y la "luz es sólo oscuridad"
Muchos saludos
Amalia M. Abaria
Publicar un comentario